A mi espejo le encantaba mi anorexia

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¿Alguna vez es suficiente?

A los 16 años, la presión social por tener un cuerpo delgado puede llevar a cualquiera a tener problemas. Empieza poco a poco, primero llegas de la escuela y no almuerzas o cenas porque "no tienes hambre" entonces tampoco meriendas porque "comiste mucho en casa" o "quieres ahorrar". Al inicio tu círculo social te halaga, te aplaude, "te ves mejor", "como te luce la ropa" todos de acuerdo porque al parecer el estar delgada era lo correcto, no lo quisiera la vida que fuese "gorda" porque eso no está bien.

Los halagos al inicio te suben el ánimo y por qué no decirlo, también el ego, crees que haces lo correcto, te obsesionas con ello y al final se convierte en un problema. En uno realmente grande y grave. Con el tiempo cambias, empiezas a bajar tanto de peso que no lo notas, al contrario, piensas que puede ser más porque todavía te falta. Te miras y solo piensas que estás gorda pero no. No es así. Estás delgada, pálida, tanto que el cuerpo te pesa, te sientes débil y cansada, las articulaciones te fallan, te conviertes en esa persona que un día llora, al otro ríe y al otro no se soporta, ni soporta. Cuando menos te lo esperas te diagnostican una desnutrición leve, luego moderada, finalmente grave, pero tu mente no lo entiende, en ella tú puedes hacer más, aún puedes bajar. Es como si hasta que no tuvieses determinado aspecto no fueses feliz, al final a mi espejo le encantaba mi anorexia, pero a mí, mucho más.  

Y sí, esa era yo. Así como yo, hay muchos. Sin embargo, no se trata de mi historia, se trata de los detonantes, porque he aquí un factor determinante en los trastornos alimenticios: la sociedad.

Desde siempre la sociedad ha tenido voz y voto en cuanto al físico de las personas, esto debido a los estereotipos creados por la misma sobre cómo debemos vernos para ser atractivos, para parecer responsables o confiables, entre muchas otras características. Es la sociedad la que se ha encargado de vendernos una imagen perfecta y si bien las redes sociales han aumentado la presión sobre los cuerpos juveniles, también es cierto que los trastornos alimenticios no los inventó el internet, ya estaban desde antes. 

No nos vamos a mentir, el físico es importante porque es importante que uno se sienta bien, pero también es fundamental de qué forma tú consigues todo esto. Pienso que se deberían controlar esos anuncios estrella, esas pérdidas de peso en cinco días, esos productos milagro y, sobre todo, educar a la gente y a los niños en los colegios para que desde temprano se fomente el respeto a la imagen de otro. En Colombia, cerca del 9% de los jóvenes tienen conductas de riesgos que desencadenan en comportamientos como la bulimia, la anorexia, entre otros (RCN Radio, 2017). Cifra que según especialistas va en aumento debido al confinamiento por covid-19, puesto que, las personas tenían más tiempo para pensar y para abrirse a sus miedos, además, la ansiedad de la situación empujó a algunos a perder extremadamente el apetito (El tiempo, 2020). 

Reglas claves para una sociedad respetuosa del físico:

  1. No opines sobre el cuerpo de otro, ni bien ni mal. NO es de tu importancia.
  2. No des sugerencias sobre el estado físico de otra persona, ni buenas, ni malas. NO es tu cuerpo.
  3. No hagas asociaciones erróneas como "las delgadas tienen mejor presencia". La actitud y la personalidad de una persona NO depende de su estado físico. 
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