Atrapadas en el matrimonio: las chicas de la clase alta
Friedrich Engels llegó a decir que a veces la única diferencia entre una cortesana y una mujer casada es que una cortesana renta su cuerpo temporalmente a cambio de dinero, mientras que una mujer casada vende el suyo en esclavitud para el resto de su vida a cambio de seguridad financiera [1]. La idea suena a cosa del pasado porque hoy en día una mujer puede ganarse la vida por sí misma, puede divorciarse cuando quiera, o puede casarse libremente no porque quiera venderse, sino porque quiere llevar una vida plena. Por ello es preocupante que lo que fue cosa del pasado a veces parece cosa del...