Todos los días la vida nos enfrenta a retos, y también nos ofrece oportunidades para reflexionar y crecer. Al compartir nuestras experiencias y los tiempos adversos por los que hemos pasado —o seguimos pasando— podemos brindar consuelo a otros y hacerles saber que ni ellos, ni nosotros, estamos solos. También podemos celebrar las lecciones que hemos aprendido y agradecer a aquellos que nos han apoyado a lo largo del camino.

Recuerda, si te sientes inseguro, abatido, o preocupado por ti o algún amigo, habla con alguien en quien confíes: tus padres, un maestro, un amigo o hermano. También puedes llamar a la línea de ayuda child helpline. No estás solo. No te guardes tus miedos, preoguntas ni preocupaciones. Sabemos lo difícil que puede ser contarle a alguien por lo que estás pasando, ¡pero tienes el derecho de sentirte seguro! Si es un tema difícil de tratar, intenta escribirlo y dáseló a alguien en quien confíes para que lo lea, envíalo por correo o dejálo anónimamente en un lugar donde un adulto confiable y responsable lo pueda ver.
 

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