Los barrotes de nuestra cárcel
Todas hemos crecido con estereotipos de género. Nos los han transmitido nuestras familias en el hogar; los espacios de socialización como escuelas, clubes, iglesias; los medios de comunicación, etc. Nadie de nosotras ha salido ileso. Nos hemos criado, educado y formado en base a ellos. A todas nos han dicho alguna vez que por el sólo hecho de ser mujer debíamos portarnos mejor que los niños. Que el fútbol es cosa de hombres. Que nos debía ir mejor en la escuela. Y así aprendimos la sumisión. Que una buena niña no molesta. A todas nos han dicho alguna vez, ya de adolescentes, que debíamos estar...